29 febrero 2008

El infierno del Coll del Cantó

Desde el Tourmalet en todas sus ediciones y sus caras no lo había pasado tan mal. El Coll del Cantó (tengo mis dudas si es Cantó o Canto) es un infierno a 1.725 metros de altitud. Un verdadero infierno. Salí de la Seu d'Urgell en dirección a Sort. Ida y vuelta salieron 108 kilómetros con dos ascensiones eternas, casi 5 horas de pedaleo y una pordiosera media de 21 por hora.



Para ir hay que subir el puerto por la cara de Adrall ('sólo' 26 kms) y bajarlo por la de Sort (19 kms, 'sólo'), y para volver a la inversa. El perfil desde Sort parece más duro, pero no lo es. O eso, o es que yo con el paso de los kilómetros voy mejor. La vuelta fue un ajuste de cuentas con la montaña, porque tras zamparme un buen bocata en Sort en un bar a orillas del río, la cara de Sort se me antojó revancha. Y me lo pasé en grande.



Pero la ida... Desde Adrall yo no sé si es que me pilló frío, o que no calenté bien (hay apenas 8 kilómetros desde la Seu a Adrall), o que, sencillamente, me pudo. Me pudo de verdad. Las primeras rampas me dejaron patidifuso. Tuve incluso que parar, con lo que eso significa. No iba, no iba nada. Mi dignidad, mi orgullo, mi, mi, mi... me cago en todas sus rampas y sus porcentajes.


Los primeros 5 kilómetros fueron un auténtico infierno, un suplicio. Menos mal que luego rebajó la cosa porque si no tiro la toalla... Imaginaos la sensación de impotencia al sentirme incapaz los primeros kilómetros y sabiendo que eran 26 en total que no sabía cómo eran de duros...


Lo positivo

Dejémonos de lamentos, que al final de la corrida fue un gusto. Un gusto porque es una carretera ancha, bien asfaltada, del eje pirenaico, pero por la que pasan escasamente unos veinte coches en todo el tiempo que estuve. Un gusto, ya digo. Desde allí se ve la carretera que serpentea por la montaña, ves todo lo que te queda y todo lo que ya has hecho. En el lado de Sort es aún mejor porque ves, allá abajo, lejos, muy lejos, cómo zigzaguea el camino por el que vas a bajar raudo y vas a subir al ritmo.



Y los bosques. Magníficos. Y los pueblos. Pequeños. Y los prados. Punteados de ovejas, vacas y caballos. Y un pastor. Tranquilo él, sentado en el arcén al sol, con el perro a sus pies alerta. Y el sol. Fiel amigo. Y el frío. Merma. Y yo gozando.


Os dejo los perfiles bárbaros.



Y eso, que estoy cansado.


24 febrero 2008

Raquetas de nieve hacia l'estany d'Estanyó

Pongo aquí videos y fotos de una salida con raquetas de nieve que hicimos un domingo cualquiera Iago, redactor del periódico, su novia Gemma, Pepa y yo. Los cuatro, amigos con el visto bueno de la naturaleza. La ruta es en la zona de Sorteny, en Andorra, dirección al Pic d'Estanyó (2.915 metros), pero con final en el estany d'Estanyó (2.450 metros), que ya estaba bien. En total, poco más de dos horas de ascensión y, con cachondeo de por medio, casi lo mismo para bajar.

Aquí un primer video para presentar a la gente
aunque se les vea mal por el contraluz y lejanos por mi inoperancia.



Ahora una foto de Gemma en primer plano, con Iago y Pepa justo detrás
una vez superada la parte del bosque, una de las más difíciles por empinada
y por haberla afrontado con el almuerzo recién caído.















Este otro video muestra la ascensión y esos momentos en que,
sin querer, no pensamos en nada, sólo en seguir hacia arriba.



En la siguiente imagen estamos muy cerca del estany.
No se ve porque no está. La nieve lo llena todo.

Ahora una foto estudiando lo hecho al lado de l'estany que tampoco está. Vaya.















Y este de ahora es un video del descenso, en el que
nos echamos unas risas jugando como niños a tirarnos por la nieve...



Hasta la próxima batallita.

22 febrero 2008

"Mujeres sin nombre", de María Mora Sesma, Primer Premio de Narrativa de Llíria

Me llena de orgullo y satisfacción, como diría el Borbón, informar de que mi hermana María Mora Sesma ha sido galardonada con el Primer Premio de Narrativa de la Setmana de la Dona 2008 de Llíria (València), por la obra "Mujeres sin Nombre". Enhorabuena. Desde 'rafabatallitas' invitamos a la autora a seguir trabajando.

En la actualidad estamos negociando los derechos con la autora para incluir la obra aquí, ya que es un relato breve y muy interesante.

19 febrero 2008

"¡¡ SOMOS RICOS, RICOS !!", por Jordi García Pallás

Todo empezó cuando por desgracia perdí a mi mami este verano y se me fueron con ella las ganas de todo, nadar, bici, etc, salvo una sola cosa, algo se despertó dentro de mí, algo que me llamaba a correr y fue a esta sensación a la que me agarré para evadirme de todos los pensamientos que en ese momento ocupaban mi mente.

Corría, corría y corría todos los días, hasta que pensé porque no aprovecho toda esta fuerza para prepararme la maratón. Y siguiendo una planificación, a la que me ayudo una gran amiga, Ana Casares, y mis compañeros de entrene Leticia y Pedro, pues me metí de lleno a por la maratón.

Después de todo, aun a pesar de que el día de la maratón tienes muchas emociones, sin duda alguna me quedo con todos los meses de entrenamiento. Preparar una maratón requiere entrenar prácticamente todos los días y hacer un gran volumen de kilómetros, y cada día es diferente, siempre encuentras algo nuevo en la sesión que te ayuda a mantener la motivación, los compañeros, el entorno, retos personales, un montón de cosas. Hacer todo esto te hace sentir que eres profesional. En este sentido todo es fácil.

La verdadera dificultad esta en dónde meto las sesiones de entrenamiento en mi agenda personal. Pues hay que organizarse muy bien para poder cumplir con todo, a lo que yo llamo mantener el equilibrio entre familia, trabajo, estudios y entrenamientos. Y en este sentido quiero dar las gracias a mi familia y en especial a mi novia, Isa, que sin ella no podría ser el loco que soy, sin ella no existiría ni estudios, ni retos personales, lo que se resume en mis ilusiones. Gracias.

La semana antes de la carrera ya esta todo el trabajo hecho y lo que hay es lo que hay, o sea que tranquilo y a descansar esperando el día de la carrera. Lo que implica entrenar poco y darle vueltas a la cabeza mucho, llegaré, lloverá, si voy a 5 llego en 3:30’, venga sacar cuentas hasta que al final te plantas y piensas en mantener tu ritmo en 155-160 pulsaciones y que sea lo que dios quiera.

El día de la carrera suben las emociones, duermes poco pensando en cómo saldrá todo pero estás descansado después de no haber pegado ni chapa en toda la semana. Te levantas de la cama y empieza el ritual que llevas ensayando durante toda la preparación. Súper desayuno 3 horas antes de la carrera, bebidas de hidratos a saco, gel en la pantaloneta en los bolsillos improvisados que cosí, venga mear de nervios y de todo el liquido que bebes y a la línea de salida.

Media hora antes, últimos preparativos, pulsómetro, dorsal, chip, vaselina y suena el teléfono, David Molina, que dice que le apetecía venir a correr por lo menos media maratón acompañándome, pues otro loco más que se suma a los 3.000 y pico.

Se da la salida, muy guapa, globos, música, toda la gente aplaudiendo y traca valenciana, los pelos como escarpias y en una pequeña nube vamos los primeros kilómetros.

Como un reloj todos los kilómetros rondando los 5’/km, un poquito subido de pulsaciones mas cerca de 160 que de 155 me mosquea un poco, y con un dolor en el muslo izquierdo que venia conmigo desde el día anterior, surgen dudas, pero para adelante. Ritmo muy cómodo que te permite charlar con los compañeros y gastar bromas, tirar piropos a las chiconas que están en el público, de todo un poco. Pero cuando van aumentado los kilómetros ya no resulta tan cómodo hasta que llegué a las famosas cuestas que cuando las vi, me cagué en ..., en el kilómetro 35, con las piernas reventadas y sufriendo mucho para mantener el ritmo. En la primera cuesta una chica del público ve que estoy sufriendo para subir y se pone a correr conmigo animándome hasta que llegamos arriba, qué grande.

A partir de aquí, en el 36, pienso en mi madre y me salen alas, de repente mis piernas resucitan, sacan un poquito de energía y me empujan hasta el 39, pero no puedo más, dolores por todos lados, incluso flato yendo a 5’ 30’’ qué fuerte, me pongo a andar unos metros y vuelvo a correr, así tres veces hasta que llegué al 41 que con el ánimo de la gente y viéndote en el estadio pues vuelven a salir alas y acabas como si hubieras batido el récord.

La llegada, muy especial, mi familia en la curva del estadio en la grada pegando botes de alegría, dedicatoria a mi mami y un llorico. Fantástico.

Una vez ha acabado todo y la sangre abandona las piernas y vuelve a subir al cerebro, pienso fríamente y recuerdo una anécdota que en un principio no entendí pero ahora lo comprendo todo. Allá por el kilómetro 23 había un hombre minusválido en una silla de ruedas con un megáfono animando como un loco, que gritaba ¡ánimo, ánimo!, ¡Sois ricos, ricos!

Y esta historia acaba recordando que ¡somos ricos! Por poder hacer todo lo que hacemos y que muchas veces no nos paramos a pensar en esta clase de detalles.

Un abrazo a todos y muchas gracias por animarme y aguantarme.

Jordi García Pallás

La maratón, por José Vicente Belda

Yo aquí no tengo nada que decir. A mí me ha emocionado leerlo y espero que a vosotros también. Es lo que vivió Belda:

"Un Maratón es lo más grande para un atleta, sea popular o no. Da igual que lo acabes en un tiempo o en otro, lo mismo da, lo has acabado y punto. Con menos tiempo de esfuerzo y más intenso, o con más tiempo y el esfuerzo más repartido. Esta hecho. Así que lo primero animarte para que pruebes, eso sí, con la preparación adecuada los tres meses antes, si no se puede hacer muy duro, y lo sé por los muchos cadáveres que fui recogiendo en el tramo final (hasta 250, entre abandonos y adelantados).
Aquí estoy, por fin sentado después de un fin de semana de no parar, con cumpleaños la tarde-noche anterior en casa y comida celebración post-maratón ayer tarde. Hoy, Chumillas me ha dado permiso para librar. Tampoco me hacía mucha falta, je je.
No sé si te comenté, que la intención era salir a ritmo de 5'15''-5'20'', buscando la referencia del práctico de 3h45, pero éste no se presentó en la salida, aunque luego sí que lo vi más atrás. Además, la salida fue un poco caótica, pues por delante tenía al práctico de 4h15, con el que fui en el primer tramo, al tran-tran. Al final como verás en los parciales el ritmo se mantuvo más o menos bien, y el muro tardó en aparecer. Te desmenuzo mi carrera.
PRE-MARATON. Después de los típicos preparativos la noche antes (mochila, reloj con medidor de vueltas y parciales recién cambiada la pila de milagro dos días antes), madrugón y coche hasta los aledaños del estadio. FInalmente, me fié de mis viejas compañeras de caminos de tierra y asfalto, más amortigadas y anchas para evitar problemas de uñas, las ASICS con 600 kms en sus suelas. Primera decisión acertada. Al llegar a la salida, dejé la bolsa en los camiones guardarropía, última meada antes de salir, estiramientos, y mínimo calentamiento, pues ya tendría los 10 primeros kms para calentar... Por cierto, también mirando al cielo, ya que la meteorología, pese a salir nublado, y aparecer el sol a mediodía pero tímidamente, se mantuvo con una ligera brisa y entre 10º y 16º. Dudo si probar a untarme con vaselina los dedos de los pies, por si acaso, pero confío en mis entrenamientos largos e intuyo que no me haría falta. Segunda decisión acertada. Ya recomiendan NO PROBAR NADA en la Maratón. Me sitúo con el tiempo justo en la línea de salida y a esperar el pistoletazo.
KMS 1-10. La salida de una primera maratón es indescriptible, se te pone la piel de gallina, te emocionas, no sabes cómo te va a ir pero confías en todo lo trabajado hasta la fecha. Globos al aire, banderas, la marcha triunfal de Aida, de Verdi, pancartas de ánimo, camisetas volando (abrigo temporal para la salida)... Primeros metros en que te dejas llevar por la masa, a ritmo de 6', hasta que se van abriendo huecos. Seis gigantes nos reciben por el km1 (luego repetirían en al 7, 10 y 18), se empiezan a hacer grupos a un mismo ritmo, pero yo voy a mi marcha, sin fijarme en nadie, y observando por el crono que la cosa se estabiliza en torno a 5'27 y 5'35. Buen ritmo, pienso, mejor empezar descansado, sin apretar. Es la primera, toda una desconocida, y hay que acabarla. La marca es lo de menos, ya tendremos más ocasiones para planificar estrategias. Km 5, avituallamiento líquido, decido tomar puesto que el último sorbo había sido en casa, hora y media antes, y a partir de ahí, cada diez kms, repetiría (15, 25 y 35), saltándome los decimales (10, 20, 30). Km 8, esponjas, paso de ellas, haría lo mismo toda la carrera, no las conozco y no sé cómo funcionarían. Dicen que son un arma de doble filo. Primer diez mil en 55'54'' (muy lejos de los 43'30'' de Galápagos, pero qué coño, esto es una Maratón).
KMS 11-21. Abandonamos la zona de Campanar y nos adentramos en la ronda de Tres Forques y Cementerio (circuito habitual de la Media de Valencia) y que recorreríamos tres veces. Me pego a un grupo de tres chavales que llevan buen ritmo (uno de ellos habitual de carreras de montaña) va de acompañante hasta el km 25 dice. Voy junto a ellos, muy cómodo, y mejoran los parciales, mientras vemos pasar en el otro sentido los grupos de cabeza de carrera. Llegamos a los túneles de la Pechina, 'mingitorios' también llamados, y pasamos la MEDIA MARATÓN a la salida del túnel con las Torres de Serranos enfrente en 1h55'35'' (Los tiempos son los de mi reloj, no los oficiales; es decir, los reales, como especifica también en el diploma). En el túnel anterior, una chica se retira llorando desconsolada, pero bien arropada. En otra ocasión será.
KMS 22-30. En el avituallamiento del 20 decido no tomar agua, por lo que adelanto un poco y me pego a un buen grupo de Alcàsser, con los que aguantaría hasta el 25, en el que se quedan atrás. Sobre el 23, en el puente de las Flores, punto estratégico que había apuntado para decidir si seguía o abandonaba en función de las sensaciones, compruebo que voy sensacional, y que el paseo por Valencia está siendo agradable. No me lo creo. SIGO. En el 35 tenía otro punto estratégico, junto a la familia y al lado de casa, pero ya hablaremos de ese. Enfilamos Blasco Ibañez, tres kilómetros con un poco de viento de cara. Ocasión para charlar con un portugués un rato (en Tres Forques, antes, lo mismo con una pareja romana), y ver cómo la Valencia en coche coge un cabreo monumental por los locos estos que solo corren una vez al año para prestigiar una Maratón y una ciudad lo mismo que la F1 y la America's Cup, pero esto no va con ellos. Espectacular al mediodía el colapso en Cardenal Benlloch, salida Barcelona! El portugués se queda atrás y sigo solo toda la zona de Los Naranjos, hasta Serrería. Decido beber un poco de isotónico, dos tragos, no más. Había cierta sensación de hambre, pero las fuerzas acompañaban.
KMS 31-38. Dicen que por aquí anda el muro. Pero el muro depende de varias cosas: la exigencia que tengas, el entrenamiento previo, la motivación... Todas ellas permitieron que siguiera vivo todo este tramo, a ritmo constante, pese a ir ya en solitario, dependiendo únicamente de mis fuerzas, sabiendo que en el 36 me esperaba Patricia, mi mujer, y algunos amigos, conocedores de que ese punto era decisivo y crucial para mí. Sonrío para la foto y les digo que acabo, que me esperen en el estadio. Llevo ya 3h17' de carrera y estoy en la soledad del Bulevar Sur, entre la subida del túnel de los anzuelos y la subida del puente sobre las vías, que se les atragantó a más de uno. Ahí empecé a ver los primeros cadáveres. Veo una pareja a buen ritmo y me engancho a ellos un par de kilómetros, hasta que me acuerdo de una conversación oída kms atrás. "El muro aparece en cualquier momento". Aflojo, vuelvo al ritmo constante de 5'30''.
KMS 39-42. Pese a retomar el ritmo constante, este no duraría mucho. Comienzo a flaquear, ¿será el muro? Decido bajar el pistón. Acabamos de pasar Archiduque Carlos, quedan 4 kms. Retirarme ni se me pasa por la cabeza. ¿Parar y andar? Ni loco. Esto hay que acabarlo corriendo. Que para una vez que me dan un dorsal bonito -2992-, que puedo guardar junto a una medalla y un diploma... y ya que hemos llegado hasta aquí... Sigo. Adelanto a uno que estira en compañía de un chaval: calambres. Aquí ya no hay estrategia. Es el sálvese quien pueda. Acabar como sea. Bajo a 5'50'' y 5'54'', pero al ver el estadio y enfilar el último kilómetro vuelven a salir las fuerzas y aprieto, entrando en el estadio, lleno de gente, con un ritmo cómodo que apenas me permite concentrarme en el momento. Sé que voy a acabar. Tartán, alfombra roja, meta, el crono (03:52:27), un beso al anillo (va por ti, Patri), y un recuerdo al cielo (y por ti, papá -habría cumplido ese día 67 años-). Y un cúmulo de sensaciones indescriptibles se acumulan en mi memoria, mientras me ayudan a quitarme el chip, recojo los regalos, estiro un poco, en la ducha, al buscar a mi familia (problemas de tráfico les impiden verme entrar, ...dita sea), da lo mismo, me abrazo igual a mi mujer... Qué grande: ya soy maratoniano. (Un recuerdo para Filípides)".

17 febrero 2008

Mis héroes: Jordi, Belda, José Titaguas y Zori

Esto es sólo un avance de los resultados de la maratón de Valencia disputada este pasado domingo 17 de febrero. Voy a avanzar los resultados de los cuatro magníficos: Jordi García Pallás, José Vicente Belda, Zori (Zohiartze Moral Atela) y José Andrés Collado Polo. Han competido casi 3.000 atletas.

Nombre: Jordi García Pallás
Nombre de pila: Jordi el Papi
Puesto: 1.515
Tiempo total: 3:35:13
Tiempo a mitad de carrera: 1:46:20

Nombre: José Vicente Belda
Nombre de pila: Beldium
Puesto: 2.131
Tiempo total: 3:53:54
Tiempo a mitad de carrera: 1:57:34

Nombre: Zohiartze Moral Artal
Nombre de pila: Zori
Puesto: 944
Tiempo total: 3:22:19
Tiempo a mitad de carrera: 1:38:34

Nombre: José Andrés Collado Polo
Nombre de pila: José Titaguas
Puesto: 999
Tiempo total: 3:24:08
Tiempo a mitad de carrera: 1:31:48

En breve colgaré aquí las sensaciones de los cuatro. Eso debe ser realmente lo interesante.

12 febrero 2008

Quebrantahuesos y Marmotte: Objetivos de 2008

Como no estamos para negar que nos gusta esto, aquí vamos a empezar a abrir boca con los perfiles de las dos grandes citas que aquí el que suscribe se ha decidido a cumplir en 2008: Quebrantahuesos (21 de junio) y Marmotte (5 de julio). Bueno, el que suscribe y un montón de gente más. Óscar López, José Marugán, Anne Falk, Alberto Medina, Andy Foster, Diego Cuesta y alguno más que se me escapa porque desconozco si lo tienen en mente (Anais), pero que como el año pasado ya se atrevieron con una de ellas, deduzco que volverán. Estos son los amigos de Mislata: Víctor, Carlos, Tomás y Pedro. Unos fenómenos todos. Una juerga entrenar con Pedro, entre chistes, comentarios y salidas varias para sonreír mientras las piernas sufren. Y como siempre, la Pepa estará junto a mí para verme llorar de alegría cuando las acabe. Si las acabo. Y yo guardaré fuerzas para abrazarla, besarla, mirarla a los ojos y ver en ellos si hay comprensión por todo esto.

QUEBRANTAHUESOS

El primer perfil (si se hace click sobre la imagen debe salir ampliado) y más cercano en el tiempo es la Quebrantahuesos. 205 kilómetros y cuatro puertos del pirineo aragonés y francés. Somport, Marie Blanque, Portalet y Hoz de Jaca. Dura de narices. En esta imagen teneis el perfil marcado en rojo y la velocidad de un tipo que la hizo marcada en negro. Le doy las gracias.




MARMOTTE

El segundo perfil a mí personalmente me asusta más. Es la realidad y el miedo de lo desconocido. Alpes franceses, ambiente Tour por triplicado. La muerte de un ciclista, la bomba, el éxtasis. Dejaros de tonterías, no estamos locos, el Glandon, el Galibier y el 'extra-point' del Telegraphe, y Alpe d'Huez para rematar. Bestial. Menos distancia que la Quebrantahuesos con poco más de 170, pero aparentemente, y seguramente cierto, mucho más dura. Es decir, que mentaremos aquí al capitán Alatriste y diremos aquello de "habrá que matar, y mucho". La sangre, me huele, llegará al río. Lo contaremos. En el siguiente link, cortesía de Alberto, tenemos más información sobre estas y otras locuras: http://www.arueda.com/cicloturismo/reportajes/el-dia-de-la-marmota.html

Que dios, o quién se precie, no nos pille con los calzoncillos por los tobillos. Hay que estar preparados. Kilómetros, kilómetros, kilómetros, kilómetros, kilómetros, kilómetros, kilómetros y, sobre todo, mucha paz. ¡Salud!

08 febrero 2008

La minivuelta al país

Me he propuesto que un día, en verano, primavera, no sé, podré dar la vuelta a Andorra en un día de bici. Un día duro. De momento, con la mountain bike hice la que llamaré la minivuelta. Ni siquiera soy capaz de decir cuántos kilómetros fueron porque el maldito cuentakilómetros no va, pero en tiempo, fueron seis horas y media con parada a comer en un parque y un partido de fútbol sala con los plumillas del país en el intermedio. Seis horas y pico de día libre, claro.


Esta imagen está tomada desde la ladera de enfrente de mi casa. Vivimos en una de las fincas que se ven al fondo, justo arriba de la carretera. La línea blanca que, un poco más arriba, corta la montaña en horizontal es el camino de vuelta que luego hice, casi de noche. Es el Camí del Llac d'Engolasters. Helado, nevado, y con un frío que tildaré de intrínseco.



Me encuentro en esa imagen en el camí de la Vila d'Encamp. Es un puerto como el de Agres, para que los que lo conocen se hagan una idea. No tan duro, todo sea dicho, pero parecido en cuanto a pista abierta. Tiene tramos helados, donde es difícil avanzar. No bajaría por ahí ni loco. Un ejemplo es este video:


Pero la pista era estupenda salvo esos pequeños tramos. Otro ejemplo:

Y bueno, al final coroné. Desde la cima del coll de Beixalís se ve la zona del otro valle. Las montañas blancas, blancas, y la obertura del cielo. El descenso por aquella parte del valle me daba miedo por si había hielo, pero me encontré en zona de solana y con una carretera, ya no pista, perfectamente asfaltada en intensa bajada hasta Anyòs.

Desde Anyòs cogí la carretera general que baja a Andora la Vella. Allí llegué al pabellón de fútbol sala y jugué un ratillo, por no decir que engañé trotando y de portero, con los periodistas de Andorra, que suelen quedar los miércoles a las 14:15 a jugar. Tras el breve partidillo que me dejó secuelas una semana en las articulaciones poco acostumbradas a los deportes de contacto, me fui a un parque, al sol, a 20 grados, de lujo, y me zampé dos sandwinchs que llevaba, una manzana y una coca-cola. Ligero de peso, en la mochila pero no en el estómago, me fui para subir hacia Serradells, la Comella y Engolasters. Desde allí hay otro punto de vista del valle de la capital.

Este es un puerto que no diré duro, pero es muy, pero que muy largo. En tiempo fue casi dos horas de remar y remar sin parar. Se me hizo eterno. Pasas por una zona industrial muy fea para luego ir cruzando alguna urbanización de full-equip, y luego ya zonas más apartadas como el lugar de la siguiente imagen, en la ermita de Sant Miquel d'Engolasters, prueba de que me acercaba (pero no llegaba) al lago d'Engolasters.

Superada la ermita, las rampas y más rampas interminables llegué, por fin, al lago. Lago helado. Allí, con la amenaza de la puesta de sol encima de mí, dediqué las últimas palabras antes de coger la recta del paseo de Engolasters que habeis visto en la primera foto y luego bajar raudo a casa, para descansar hasta la próxima.