30 noviembre 2008

La resaca de la terreta



Cumplí con casi todo lo que tenía que hacer en Valencia. Esta vez, pese al frío que hizo y alguna llovida e incluso nevada, se cumplió la agenda a excepción de visitar a mi tío allí donde la vida no se acaba. Me lo impidió la lluvia y no tener cómo llegar.

Salí con Paquito en bici el martes (75 kms hacía el monasterio de Portaceli), el viernes lo hice con Patxi y con Luis (70 kms, a Cullera), fui a Ontinyent y comí con mis tíos y mis primas, y cené con mis amigos, que me dieron la suficiente cerveza como para coger el puntito. Por supuesto disfruté de mis padres, siempre tan ajetreados, y del Buster, que sí me vio y con el que disfruté de lo lindo durmiendo una siesta abrazado a él tumbado en la alfombra dándonos el sol. Hasta que se puso a gruñir, claro.




También pasé frío en dos días de entrenamiento con el equipo de triatlón. El primero no hice todo lo que exigía el planning, porque esa mañana había hecho 75 km en bici, y la prevista hora de carrera por la tarde con cambios de ritmo se redujo a la mitad. En el segundo día de entrenamiento, jueves, hice las dos rondas de cuatro series de 400 metros que se exigía: aquí me demostré una vez más que ya no tengo 20 años, sobre todo cuando los que tienen esa edad me adelantaban a los 300 metros como si nada, y yo era incapaz de seguirlos, a 175 pulsaciones...



En estos días, además, me quedó clarísimo que mi cuñado y su tropa, Los Falcons, harán seguro la Quebrantahuesos: Carlos me explicó que ya tienen calendario de preparación, y que están dispuestos a acabarla como sea. Además le dejé unos piñones especiales a Gonzalo, periodista de Ràdio 9 que me dijo que quería hacer la hermana pequeña de la Quebrantahuesos, la Treparriscos, pero al que tengo medio convencido de que haga la primera, porque es capaz. También hice las gestiones para que Gonzalo se pusiera en contacto con Carlos para que salgan y entrenen juntos. Ya se sabe: hay que popularizar el deporte, y este aún más.



Y eso. Fotos hice pocas, pero sí cargué con la cámara el día que salí en bici con Paquito, así es que el prota hoy ha sido él. Un abrazo a todos mis valencianos.

Ah, a la Pepa no la vi.

24 noviembre 2008

Unos días por Valencia



Nos bajamos a Valencia unos días, como bajan ZP, Solbes y sus líneas de crecimiento, a ver cómo se respira la crisis por allí. Veré a mis padres, que tengo ganas. Y al Buster, claro, aunque otra cosa es que me vea él... Espero salir con Paquito y con Patxi con la bici, y ya sé que no podré hacerlo con Luis porque anda muy ajetreado con sus clases en la Universitat de València (cómo me gusta este chico) ni con Diego, porque este domingo tuvo un accidente con la bici por culpa de un coche que se saltó un stop. Él está bien, pero su bici no y no lo estará ya nunca. Ahora le toca esperar a reponerse del esguince de muñeca y del susto. Y como sólo ha sido eso, me alegro de que en poco tiempo siga entrenando para volver a reventarme en la Quebrantahuesos y donde se tercie.



También espero cenar una noche con mis amigos de Ontinyent, y ver a mis tíos Chelo y Pepe y darles un par de abrazos además de, no se me olvidará, visitar a mi tío Manolo Mora en su nueva casa allí donde la vida no se acaba, sino que se transforma.




Os dejo con varias y repartidas sonrisas, claro, porque, aunque sean agridulces, no todo va a ser estar de mala leche. Hay cosas que con un simple clic de buena mañana uno se pone en marcha en un nuevo día con una tonta sonrisa. Pero muchas veces no se sabe si el gesto es sonrisa, o es el reflejo de ser tonto.



22 noviembre 2008

Estoy hasta los mismísimos

Me pone de mala leche perder el tiempo. Odio sobremanera tener que estar mirando la pantalla de un ordenador mientras los demás se toman su café del día y yo vengo de engullir mi desayuno en casa perdiendo el culo por llegar a la redacción lo más puntual posible. Me cago en todo lo que se menea. Me gustaría saber por qué cojones no puedo llegar al trabajo una hora tarde porque me he ido a entrenar, por ejemplo, cosa que no hago porque políticamente no es correcto. Pero, ojo, sí es correcto que los demás, la gran mayoría, se vayan a tomar su café y a lo largo de una mañana o una tarde se hagan hasta diez viajes (por decir un número, por mí como si son cuatro o cinco, da igual) para fumarse su cigarrito. Eso sí está bien visto.

Explico el proceso: Se llega a las once, se hace la reunión, y entonces se produce la desbandada al bar y se usa un tiempo en el que sólo dos o tres nos quedamos en la redacción adelantando. Pero claro, yo no puedo venir en vez de a las once, a las doce, pongamos por caso, decirle mis temas al jefe y arrancar al mismo tiempo que todos. No sé si me explico.

Estoy hasta los mismísimos de ser un papanatas, de callarme la boca y no poner el grito en el cielo. Aquí la gente parece que no tiene otra cosa que hacer que estar en el trabajo, y yo me desespero, me hierve la sangre y me callo. Me callo hasta ahora porque aquí lo digo, porque me molesta que el cigarrito de mierda y el café -tan social él- sean bien vistos y que yo no pueda pasarme también la norma por el arco del triunfo y llegar tarde porque me he ido a entrenar o porque me he quedado mirando el cielo como un panoli. Eso no se puede, no. Mierda cochina.

Si pensamos que un cigarrito viene a ser entre cinco y diez minutos, y sumamos por ser generosos cinco cigarritos al día (cinco, ojo, soy muy generoso...), hablamos de casi una hora. Me voy a plantear seriamente llegar a las cinco de la tarde o cuando me rote y mandarlo todo a la mierda, acabar a las diez de la noche y al menos aprovecho la luz del día para hacer otras cosas. Además, yo que intento acabar mi trabajo lo antes posible, cuando toca el momento de irme a casa, mientras todos, ahora sí, sólo miran a la pantalla después de haber mareado la perdiz durante horas con chascarrillos y memeces varias propias de un mercadillo, bareto o espacio similar -muy social todo-, me siento mal por abandonar la redacción mientras los demás, ahora sí, le dan a la tecla.

Ya que mis jefes no se dignan a poner freno –la cantinela de que “esto no puede ser” la oigo desde que trabajo aquí-, yo me voy a hacer mi propio planning. A la mierda. Y no voy a pedir perdón a nadie por pensar lo que pienso.

21 noviembre 2008

Los lagos de Tristaina, nevados




Esto ya parece en vez de las batallitas del Rafa, las batallitas de la Pepa. Aquí va otra de la Pepona, que se fue con Laia, correctora del periódico y sonrisa perenne, a los lagos de Tristaina. Se los encontraron bien nevados y bien hicieron en llevarse las raquetas.





Dicen que pasaron algo de miedo al bajar, porque con las raquetas no se sintieron cómodas del todo, pero era o eso o hundir los pies medio metro. Aún así, la Pepa llegó con las botas caladitas, y con un hambre que se hubiera comido un 'cochino jabalín'.





Vieron los lagos congelados, aunque para su sorpresa, de los tres el único que se mantenía líquido era el de Dalt, es decir, el más alto de todos, mientras que los otros apenas se percibían por un color azulado en el centro.

Nos trajeron imágenes preciosas, que aquí podéis ver. Mirad qué morsitas...

19 noviembre 2008

Cuando animales y personas no se entienden



Pepa y Gemma fueron hace poco por la Vall del Madriu, más allá del regugio de la Fontverda, hasta La Cabana, siguiendo la senda que días antes ya hicimos Iago y yo con bastante nieve. Esta vez ellas se llevaron las raquetas, pero finalmente no las utilizaron porque toda aquella nieve de entonces menguó.



Les salió un día espectacular, y les pasó de todo, desde perderse, a caerse (aún le duele el culete a la Pepa...) pasando por una accidentada vuelta al punto de salida. Casi al final del trayecto, cuando ya se nota que llegas donde dejaste el coche y sientes ya la ducha recuperadora, les surgió un imprevisto.



Tal imprevisto incluía unos catorce caballos, según la misma Gemma, contados, que ocupaban de parte a parte el único puente por el que se podía atravesar el río. Evidentemente, no se atrevieron a pasar. Había potrillos por el medio, y nunca se sabe lo que una madre o un padre pueden hacer si sienten que sus crías son amenazadas. Hicieron varios intentos y se echaron atrás, e incluso se quedaron sentadas, mirando, a ver si alguno de aquellos animalotes deponía su posición. Pero no. Sólo en el momento en el que se abrió un pequeño hueco, ambas se armaron de valor y en sumo silencio atravesaron la barrera equina. Fue un cuarto de hora de paciencia y de estudio de unos animales que descansaban, inmóviles, ausentes de que aquello era la zona de paso natural de algunos excursionistas. Simplemente, era su momento de pasar el rato, sobre el ruido del agua que atravesaba el puente bajo sus pezuñas. Con calma.

17 noviembre 2008

Luis y Carlos



Esta foto hoy tiene mucho sentido. Hoy es el día después de que Luis, a la derecha, haya cubierto su primera Media Maratón, disputada ayer en Valencia. 20 km. Lo ha hecho porque hace un par de meses se le metió en la cabeza que por qué no. Y lo ha hecho porque hace dos años, si no recuerdo mal, cuando estaba con su beca londinense en la city de las cities, se dio cuenta de que, con su bici lejos, muy lejos, no hacía deporte. Entonces se calzó unas zapatillas y un pantalón corto y se puso a correr por Hyde Park, lloviera o no, y más bien lo primero. Lo hacía entonces, y lo hace ahora, simplemente por buscar el equilibrio entre las infinitas horas de biblioteca y estudio y su mente. Ayer cumplió un objetivo más.

Pero esta foto también tiene sentido porque en ella se encuentra también Carlos. Carlos es mi cuñado, marido de mi hermana María, y este tipo extremadamente activo, extremadamente animado, dicharachero, social y deportista, se ha metido también entre ceja y ceja que quiere hacer la Quebrantahuesos. El año pasado ya cumplió con la Treparriscos, la hermana pequeña de la Quebranta, y se dio cuenta de que puede. Así pues, me consta que ya se ha puesto manos a la obra, y estoy convencido de que, como Luis, llegará el día señalado y cumplirá y se sentirá feliz.

La foto está tomada en el puerto del Peyresourde, en Francia, mientras esperábamos el paso del Tour de Francia del 2005 en un día que nos marcó a todos para siempre.

14 noviembre 2008

Un buen pedo

Ahora me váis a decir que soy un guarro y que nadie hace esto. Vamos hombre, que un buen pedo siempre es un buen pedo. Es como si liberases tensión. Tenemos por aquí una pareja de amigos que dicen que hay que escuchar a tu cuerpo. Escuchémosle y hagámosle caso de vez en cuando. Es una cuestión de equilibrio.

11 noviembre 2008

Dieguito Mora



Me váis a meter una caña...
Hoy me he presentado a las nueve de la noche en el campo de fútbol de Encamp, me he presentado al presidente del FC Encamp y le he dicho:
- Hola, soy Rafa, es que quería saber si podía entrenar con el equipo.
- Eeeeeh, sí, claro, pero ¿estás federado?
- No, qué va. La verdad es que sólo quería entrenar, no pretendo jugar.
- ¿No quieres jugar?
- No es que no quiera, es que no puedo por las gafas.
- ¿Y lentillas?
- No puedo llevarlas. Pero si es un problema entrenar pero sin jugar los domingos, no vengo, que tampoco quiero molestar... De todas maneras, yo no juego bien al fútbol, no jugaría de todas maneras.
- Sin problemas, por nosotros encantados, cuanta más gente venga, mejor. Ahora te presento al entrenador, se llama Richard.

Y esta es la conversación con el entrenador:
- Hola, qué tal, soy Rafa.
- Yo Richard, quieres entrenar con nosotros, ¿no?
- Sí, bueno, si no es molestia, es que estaba pensando hacer deporte pero con gente, porque siempre voy solo a correr y es aburrido.
- Sin problemas. Entrenamos martes y viernes a las nueve de la noche.
- Vale
- Bueno, ¿has jugado en algún equipo?
- Eeeeeh (duda), no, la verdad es que no, no he jugado nunca, yo hago triatlones (mentira, porque hace un año que no hago, pero es lo que me salió en ese momento).
- (Cara de circunstancias) Ah, bueno, pues nada, ¿quieres entrenar hoy?
- Bien.

Y eso. Me podéis meter toooooooooda la caña del mundo, pero es que resulta que estoy harto de irme sólo a correr, o con la bici, de subir estas montañas oyendo sólo mis pasos y mi respiración, es cansino y aburrido, no lo podéis negar. Sé que el fútbol no es, ni muchísimo menos, mi deporte, pero me puede aportar cosas, como por ejemplo conseguir cierta explosividad que hace tiempo que no tengo.

El primer entrenamiento ha consistido en: 5 min. de carrera continua, luego otros 5 con balón, luego estiramientos, luego un fútbol-tenis por parejas, y luego una pachanga a lo ancho del campo. Con el balón en los pies soy un desastre, yo desde fuera me descojonaría de mí, la verdad, me he resbalado un par de veces pese a las botas multitacos, y lo único que no quería que pasara es que me hicieran un cañito. Eso no, por favor. Al menos lo he conseguido. El viernes vuelvo. Hay que recordar que también dije en su momento que no me casaría, y mirar qué feliz soy. No tengo palabra.

El FC Encamp es actualmente el líder en solitario de la Segunda División Nacional de Andorra.
Estoy como una regadera.

08 noviembre 2008

Padres, tíos y amigos que nos visitan



En verano vinieron mis páááááááápas y mis tíos de Ontinyent. Rafa, Petry, Chelo y Pepe estuvieron por aquí visitando el país de los Pirineos y haciendo alguna rutilla por las montañas estas. Pero como quiera que el tiempo está medio loco, tuvieron unos días de frío extraño pese a ser mitad de agosto, y de tanto frío que hacía un día, incluso, tuvimos que optar por el turismo vehicular, que es coger el coche y ale, a este sitio y al otro, salir del coche rápido poniéndose la ropa de invierno (invierno en verano), admirar las vistas y hacernos fotos y reírnos de lo que estaba pasando, del tembleque corporal por ese viento helado que se metía por todas partes.



Fuimos a ver las primeras cimas nevadas desde miradores que hay a mitad de algunos de los puertos de montaña, y vimos en pleno agosto el manto blanco que vestía las cimas de la Vall del Madriu, pero también el santuario de Canòlich, un lugar apartado y precioso, donde se encuentra el puerto más duro de todo el Principat.

También fueron dos días de excursión, y el mejor recuerdo se lo trajeron de la visita a los Llacs de Tristaina, una zona espectacular que envuelve tres lagos, 'El de Baix', 'El del Mig' y 'El de Dalt', así de simple. De ese lugar dejo unas fotos.



En la de arriba está mi tío Pepe pelado de frío con una manta a lo boliviano, y en la de abajo, Altarriba, amigo del instituto y de y para siempre, que vino en octubre y con el que di la vuelta a ese espectacular paraje.

05 noviembre 2008

La Vall del Madriu, con nevada otoñal



Hoy nos acercamos a la Vall del Madriu en una de las primeras citas con este invierno que se ha adelantado, y de qué manera. La semana pasada nevó como si fuera enero, y Iago y yo nos fuimos a este lugar Patrimonio de la Humanidad... a verlo todo blanco. Pero como quiera que es otoño, los árboles, pese al peso de la nieve en sus ramas, siguen mudando sus hojas y las dejan caer sobre el manto blanco, y eso le da un aspecto espectacular al camino, no sólo blanco, sino punteado. Precioso.



Subimos hasta el refugio de la Fontverda (unos 1.870 metros de altitud). El camino es suave y bonito, por una senda bien marcada y mejor de ver sin nieve, pero que con todo blanco aún se sigue por las marcas en los troncos de los árboles. Sólo hay un momento, poco antes de llegar al refugio, donde el camino desaparece debajo de la nieve, y hay que intuir, algo tampoco muy difícil.



No seguimos más allá del refugio porque ya llegar allí se hizo complicado sin raquetas de nieve que no llevábamos. Pero es un sitio extraordinario para probarlas en unas semanas.



Esta imagen siguiente es casi abajo, es decir, antes de ver tanta y tanta nieve. Qué colores, qué bonito es el otoño, y que agradable además verlo mezclado con el blanco.