31 octubre 2009

Tiempos de mangoneo



En estos días de mangoneo y poca vergüenza, mientras en Valencia se hacen manifestaciones contra la corrupción y el pueblo habla y los políticos callan, la indignación sube mientras los millones perdidos quién sabe dónde hacen buenos los proyectos, ilegales, zafios e irresponsables de corruptos y corruptelas bien encaminadas a llenar bolsillos sucios, en estos días, digo, mejor un poco de al mal tiempo buena cara. Exiliaos todos, que al menos la distancia limpia.



Se habla de confiar en los políticos. ¿Quién confía? ¿Quién puede confiar? Todos tenemos o hemos tenido o conocemos a alguien cercano, familiar o no, ligado a la política. ¿Y nos fiamos de ellos? Yo hace tiempo que no voto por ser inmigrante y por no tener ninguna facilidad para ejercer el derecho, pero no niego que me da lo mismo, porque es todo tan asqueroso y vomitivo, que prefiero ni entrar en el juego ¿democrático?

Hay políticos con vocación, dicen. ¿Servicio a la comunidad? Los políticos son unos artistas en el no decir nada y hablar mucho, pues todo eso que dicen del bien del ciudadano, del servicio a la comunidad y gaitas varias, ya veis, como para creerse la pamplina.

30 octubre 2009

La gloria

En el pasado viaje a Ucrania con la selección de fútbol de Andorra, algunos tuvimos la suerte de estar justo en una de las ventanillas del avión en su parte izquierda. Mirando sin mirar por aquel ojo de buey, se veían las nubes gruesas y bien blancas a pocos metros, que serían cientos, pero no lo parecía. Entonces vimos la sombra del avión en aquel manto blanco y ondulado, y alrededor de aquella sombra, perfecta y nítida, una aureola arco iris. A mí me pilló por sorpresa, sin la cámara de fotos al lado y con la sensación de que lo que veía era producto de un problema visual, tan típico en mí, cegatón yo.



Entonces vi al doctor Miralles, médico de la selección, sacar su cámara y fotografiar el fenómeno que no era imaginación mía, sino real. En la terminal de Barcelona le pedí las fotos, y me las envió muy amablemente. Aquí están.



El fenómeno recibe el nombre de 'gloria', y añado aquí un texto informativo sobre el asunto, para el que, como yo, desconocía el fenómeno.

"La gloria es algo similar al arco iris, sólo que con un tamaño angular mucho más pequeño, y se ve especialmente bien cuando el avión sobrevuela nubes. Tres fenómenos ópticos (la refracción, la reflexión y la difracción) están involucrados, cuando los rayos solares se encuentran con minúsculas gotículas, y aún no se entiende perfectamente el proceso físico por el que se forman –sí, a pesar de ser parecido al arco iris.

La gloria, igual que el arco iris, se ve simplemente por la posición del observador respecto al Sol: en la foto de arriba, está alrededor de la sombra porque el centro de la gloria (como el centro del arco iris) se encuentra justo en la posición antisolar –opuesta al Sol– vista desde el observador... ¡y ahí es justo donde está la sombra del avión! Pero son fenómenos totalmente independientes: la gloria no se produce porque el avión esté interfiriendo de algún modo con la luz solar.

A veces se ven alrededor de la sombra de tu cabeza si hay niebla, y es probable que hayas visto alguna a lo largo de tu vida, de una u otra forma. De hecho, en China se llama la luz de Buda, y a veces era considerada una muestra de la iluminación interior de una persona el hecho de que pudiera verse".


Si pincháis en las fotos, se verá el efecto en mayor tamaño.

26 octubre 2009

Humor en las calles

A veces vas por la calle y te encuentras cosas curiosas. Tengo varias registradas y muchas más en mente que recuerdo de otros tantos lugares. Desde aquel "pulsar paver precio" en una máquina de bebidas en una aldea a mitad del Camino de Santiago, a esta que hoy os enseño. Os pongo en situación: Altea, pueblo costero, turístico, mediterráneo, ingleses, alemanes y holandeses por doquier, pueblo de la comarca de la Marina, montañosa, rugosa, de sube y bajas infinitos. Entre sus calles, un cartel:



Bien mirado, han estado finos, porque siempre podían haber sido más explícitos. "La puta cuesta de los cojones", y con perdón, hubiese sido demasiado fuerte, pero no menos curioso.

22 octubre 2009

Valencia-Altea-Benigànim en dos días




Tengo un amigo, Patxi, que por trabajo vive este año en Altea. Y mi mujer, cuando salimos de Andorra, duerme en Benigànim. ¿Cómo unir las dos cosas? Fácil: bicicleta de carretera, mochila y ganas.


Primer día: Valencia-Altea, 146 km por el Coll de Rates, a una media de 23 por hora, disfrutando y sufriendo cuando tocaba. Fui hasta Cullera con Paco, otro amigo, que me acompañó, luego por la recta carretera del Brosquil (CV-605) hasta el Grau de Gandia y a Oliva, a casa de Alberto, otro compañero de batallas ciclistas, donde me ofreció un agradable descanso en su balcón y una Coca-Cola siempre bendita. Me alegré mucho de verle de nuevo.

Él me animó a ir por el Coll de Rates, porque yo estaba dudando, y le hice caso (¡emboscada!). Luego me alegré porque al final fue un etapón, pero lo pasé muy mal porque el descenso por la parte de Callosa d'en Sarrià engaña porque está lleno de repechos que a plato me destrozaron. En Callosa entré en un 'Más y Más' y me zampé una caracola de chocolate y un litro de Aquarius delante de la cajera, que me miraba raro mientras yo le preguntaba si la molestaba. Me dijo que no, me senté allí dentro (la bici la metí también) y descansé o no cubría los apenas 10 kms hasta Altea. Llegué a Altea bastante muerto, sobre todo vacío. Me pegué un cenorrío con Patxi en un bar al lado del mar que me dejó nuevo. Platazo de espaguetti con berengenas y una ensalada fresca. Buenísimo. Dormí como un lirón.


PUEBLOS DE LA RUTA

València
Pinedo
(por la CV-500 y luego CV-502)
El Saler
El Perellonet
El Perelló
Les Palmeres
Mareny de Barraquetes
Mareny Blau
Cullera
(por el faro y por el paseo de la playa, CV-503)
Travesía de la Platja de Tavernes de la Valldigna
(carretera El Brosquil, CV-605)
Travesía de la Platja de Xeraco
Grau de Gandia
Daimús
(por CV-670)
Guardamar de la Safor
Miramar
Piles
Oliva
(hasta aquí todo llano)
Pego
(por CV-715)
Sagra
Tormos
Orba
Parcent
(empieza el Coll de Rates)
Cima del Coll de Rates
Tàrbena
(fuente de agua de dos caños)
Bolulla
Callosa d'en Sarrià
(supermercado bendito)
Altea la Vella
Altea


Segundo día: Altea-Benigànim, 96 km a una media que no sé porque no funcionó el Polar. Le hice caso a Alberto (¡segunda emboscada!, si es que no tengo remedio...) y subimos Patxi y yo por La Nucia, Polop hasta Benimantell, yendo a 7 por hora cabeceando, con viento en contra y unas rampas brutales, menuda bestialidad (Patxi al hacerlo al revés de vuelta a su casa de Altea me dijo que cogió 80 por hora ¡con la btt!). Desde Benimantell fui ya solo a Confrides, donde no podía más y me comí el bocata que llevaba y atraqué la única tienda de comestibles que había abierta para coger galletas y Coca-Cola (amiga mía...). Luego me puse toda la ropa de invierno que tenía y con el viento en contra y helado y sufriendo coroné.

Bajada a Benasau, y a dos kilómetros giro a la derecha. Entonces cambió el viento y me empujaba más que otra cosa, y ya un lujo. Pasé por los pueblos que me dijo Alberto: Gorga, Millena, por cerca de Benillup (no pasé por Almudaina ni Benialfaquí porque debí de coger otro desvío, pero hay tres variantes y las tres buenas), y fui por carreteras que Alberto me dijo "no encontrarás ni un coche", y tan cierto como que el abandono es tal que las cañas que hay a los lados de la carretera hay tramos en los que invaden todo un carril, muy bien asfaltado, por cierto, y llegué a Planes (nunca me había fijado en su castillo, bien bonito). Luego fui por el pantano de Beniarrés, subí el puerto (subí tan bien que, después del tute que llevaba y de los dos días, ni me lo explico), y bajé a Salem, Castelló de Rugat, Ràfol y Beniatjar, donde me esperaba la Pepa con el coche y mi sobrino de 11 años, que flipaba con su tío, y a los que les dejé la mochila.

Entonces vi la luz: plato grande hasta la Pobla del Duc y Benigànim, gozando al pesar cinco kilos menos. Al llegar a Benigànim corrí media horita con la Pepa, porque se lo prometí. Ella hizo una hora. Yo no pude hacerlo todo y mi sobrino me vino de lujo al cansarse pronto corriendo, "ya le acompaño yo a casa", le dije a la Pepa. ¡No podía ni moverme!

PUEBLOS DE LA RUTA

Altea
(todo subiendo)
La Nucia (por CV-760)
Polop (buscar la CV-70)
Xirles (fuimos y volvimos a la CV-70)
Benimantell (vistas de Guadalest i Beniardà)
Benifató
Confrides (fuente a la izquierda en una subida antes de salir del pueblo)
Cima del puerto de Confrides, después de 32 km subiendo
Ares del Bosque
Benasau
Gorga (por CV-710, zona de largas subidas y bajadas)
Millena
Benillup
Planes
Pantano de Beniarrés (por CV-711)
Beniarrés (por puerto, la CV-705; fuente antes del puerto)
Descenso a Salem
Castelló de Rugat
Ràfol de Salem (por CV-615)
Beniatjar
La Pobla del Duc (por CV-611)
Benigànim

Faltan fotos y videos, que hay, pero en Valencia no tengo para descargar

15 octubre 2009

La reflexión y el nuevo reto

Cuando acabé este año la Quebrantahuesos, me metí en un túnel. No quise colgar la bici como algunos interpretaron. Dije que no volvería a esa carrera. Hoy eso no es tan cierto como entonces, pero no lucharé por inscribirme. Si lo consigo, bien, si no, hay más cosas. ¡Y tanto!

Hace unos semanas, un triatleta, Jordi Barrei, de la Universitat de Valencia -su blog está en este insertado, como El tiburón de Bonrepós-, propuso una salida en bici sin sentido común. Una locura. Ni la Quebrantahuesos. Subir seis puertos de primerísimo nivel de los Pirineos, con salida en Vielha y llegada en Sabiñánigo, 252 km emulando a los primeros corredores del Tour, que tardaban un día entero en hacerlo y en las condiciones en las que lo hacían, allá a principios del siglo XX.



La etapa del Tour de este año, el 20 de julio.

Hoy he visto la luz. Esperaba desde aquella fatídica caída de la Quebrantahuesos un reto que me emocionara de verdad. Me han planteado el triatlón doble olímpico de Zarautz, la Maratón de Valencia o la de Barcelona. Todo motivante, pero no como esto. Hoy lo he encontrado. Salgo del túnel de verdad, me emociono, pienso en ello y se me enciende una luz interior. El Tour pasará por esos puertos el 20 de julio. El día de antes, yo quiero estar allí haciendo esa ruta, sufriendo y sudando por esos puertos con gente esperando ya el paso de la mejor carrera del mundo, con toda la ilusión del mundo, tiendas de campaña en los bordes, compañerismo ciclista, aventureros locos de nuestro mismo pelo, puro ambiente Tour. ¿Alguien es capaz de imaginar el momento de coronar el Tourmalet con toda la gente que estará haciendo lo mismo que nosotros? A los que os lo estáis pensando, una cuestión: ¿sois conscientes del ambientazo que habrá ese día en esas montañas? Sería, ahora sí, para colgar la bici y decir: "Ya me puedo morir".


Los puertos, por orden: Portillon, Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Soulor-Aubisque y Portalet.

Ya avanzo que no es locura que haremos solos Jordi Barrei y yo. Habrá más gente que vendrá, y gente que sólo por el ambiente vendrá en coche, que de paso nos hará de coche de apoyo e iremos más seguros todos, con posibilidades de alimentos, de bebidas y de renuncias, ¿por qué no?. Hay que disfrutarlo, e intentar hacer lo máximo posible, pero si no se puede, al coche. Pueden ser tres días para no olvidar, pero habrá que llegar con un mínimo de 2.000 km en las piernas. ¡Qué putada!

Un poco de sentido común, por favor

Hace unas semanas, cuando estuve en Valencia, me pasó esto e hice una foto rápida con el móvil:



Fue en la carretera de El Saler, acercándome al Perelló, cuando intentando seguir el ritmo del tractor y su carga de arroz, el camión que conduce el muy energúmeno se me pone al lado, quedando yo entre su tráiler a la izquierda y el borde de la carretera a la derecha, en apenas un espacio de metro y poco más. El momento fue controlable por mi parte, pero no por ello deja de ser peligroso.

Yo siempre digo que cuando más seguro estás en la carretera es cuando te va a adelantar un camión, porque de normal, los camioneros, se cagan en los pantalones al ver a un ciclista -también se cagan en el ciclista, pero esto es otra historia- porque saben que a lo mejor lo chafan y ni se enteran, y mejor andar con ojo. Así, ellos frenan, reducen su marcha y la de la cola de coches que le siguen, con lo cual encima al ciclista le hacen un favor, y todos van pasando, seguro que a regañadientes, pero en maniobras lentas, pausadas y fuera de peligro para todos.

Salvo en el caso de la foto. Excepciones hay en todas partes, y ni qué decir en la carretera.

¡Salud y kilómetros a todos!

14 octubre 2009

Saoro en las escaleras

El clásico de los clásicos es ver bajar a Saoro las escaleras del camino hacia el Instituto de Ontinyent. Para que no os lo perdáis, dos videos, uno horizontal y otro vertical (siento esto último, pero no lo he sabido poner del derecho). Yo, como soy carretero, me dedico a filmarlo y a ver los toros desde la barrera, no sea que me empitone.

12 octubre 2009

Pon un radar en tu vida

De vuelta a Andorra, vamos en el coche relajados. Tranquilos. Vamos adelantando coches, tantos como nos adelantan. De repente, meto cuarta, acelero, paso a uno y cuando me pongo delante, con la inercia, voy a 100km/h, veo a la derecha la señal de 60, y entonces, el coche se ilumina por dentro. Fotón. Guapetones, guapetones que hemos salido. Veremos la gracia a cuánto asciende...

09 octubre 2009

El 9 d'octubre y la valencianía



El 9 d'octubre es el día de los valencianos porque se conmemora la entrada a la ciudad de Valencia del rey Jaume I en 1238. Se celebran procesiones cívicas con personalidades (ahora cualquiera es una personalidad) de la política (¿honestidad?) y la cultura (¿folclore?) valencianas, manifestaciones nacionalistas (¿blaveros versus catalanistas?) y festejos que recuerdan las tradiciones de la tierra. También es hoy Sant Donís, conocido como el día de la mocadorà, una tradición valenciana que consiste en que los novios o maridos regalan un pañuelo de seda con figuritas de mazapán a sus amadas y, de paso, llenan las cuentas de los panaderos -bien merecido- que, por otra parte, adornan sus locales con telas y colores.

Entre tanta flor y nata de la valencianía, yo me pregunto como valenciano desde que nací allá en Castilla la Vieja si tiene algo de sentido este festival. ¿Qué es sentirse valenciano? Aquí hay una polémica que los de mi generación y mucho antes y mucho después vivimos sin descanso y vamos acumulando, año tras año, mala leche y algo de rencor. Y es que la valencianía entendida por el poder político azul vigente de su Comunitat incluye ostentación, flores, barracas, campos de golf, urbanizaciones, falleras, naranjas y paellas y una buena dosis de anticatalanismo y españolismo. Nosaltres, més.



El problema es más grave de lo que parece, porque la sociedad valenciana, digan lo que digan, ni se siente como tal ni sabe para dónde mirar. Están los valencianistas, conocidos como blaveros que defienden su tierra y su manera de hablar como lengua propia, lejana a ese catalán del imperio del Norte que les quiere invadir; luego están los que defienden su orgullo valenciano con simplicidad (que no simpleza), y enarbolan la bandera de su cariño sencillo y sin estruendos del somos falleros bueno y qué; un poco más allá están los neutrales, a los que depende de cómo llueva ese día (y ya se sabe que en Valencia caen chuzos de punta...) están con unos o con otros, ni sí ni no ni todo lo contrario, y para no liarse más olvidan la polémica y se dedican a ver pasar el asunto; en el otro extremo de todo esto encontramos a los que, sin pretender separarse de nadie ni ser una nación propia, apuestan por una naturalidad sin complejos de ver una lengua que, con matices, es la misma que la de los catalanes, y que con eso nadie invade a nadie ni hay intentos por ser peor o mejor que nadie; al extremo absoluto de todo esto están, finalmente, los que cogerían los bártulos y abrazarían las tesis catalanistas con todas sus consecuencias, en parte también porque, cansados de tanto blaverismo y tanta folclórica estupidez, consideran que el tren catalán es más próspero, más serio y menos de pandereta y pasodoble.



Entre todo esto, el lío está armado. Yo he ido a manifestaciones catalanistas cuando iba al instituto y tenía más ganas de guerra que Jaume I cuando entró en la 'terreta', luego me he unido a los moderados conforme mi mente moderaba los impulsos, y hoy pienso que, harto de todo esto, así se las compongan los ches con sus batallas. Al final, el asunto es aburrido y cansino, con la lucha de la banda azul o sin ella, de si Comunitat, País, Regne o papanatadas de ese nivel, y entonces me relajo en mi Andorra actual, pensando que sí, el valenciano debe de ser diferente al catalán... por eso, como valenciano hablante que soy, en el medio de comunicación en el que escribo allá en los Pirineos, en catalán, no me entiende nadie... ¿no?



Y no hablo de Canal 9, porque en este punto me hierve la sangre.



Castellón, Valencia y Alicante, son tres provincias extremadamente bellas como para destrozar el encanto con guerras de guerrillas. Y no hablo de campos de golf ni preciosas y abarrotadas playas. Hablo de montañas, de cielo, de vegetación y colores, de pueblos perdidos y zonas maravillosas, donde el catalán, el valenciano, el español o la madre que los parió a todos, viven ajenos al mundanal ruido. Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà.

06 octubre 2009

Poco a poco, con la Media en el horizonte



Se ha apuntado a la Media Maratón de Valencia. Corre todos los días 40 minutos a su ritmo por el Passeig de les Pardines del Llac d'Engolasters. Seis kilómetros. Combina eso con algunas sesiones de gimnasio para coger un poco de fuerza, su gran debilidad. Tiene ganas y motivación para levantarse por la mañana e ir a correr antes de llegar al trabajo. Lo hace pese al frío que sufre con el sol recién levantado pero con las montañas tapándolo. Ella se anima.

Poco a poco va aumentado el tiempo corriendo. Hoy 40, mañana 45, pasado 50 minutos, al siguiente 55 y hasta una hora y más. Tendrá que hacerlo para estar el 22 de noviembre en Valencia junto a su amiga Anna y cumplir el reto de acabar. Tarde lo que tarde.



"Ayer bajé dos minutos el tiempo", dice. Perfecto. Ella cree que no es mucho pero el trabajo que hace recibe frutos. Tendrá su premio en Valencia, la acabe o no, porque el camino para llegar allí habrá sido parte de la magia de todo.

Las fotos son en una sesión de entrenamiento cerca de l'Albufera, en El Saler, hace dos semanas.

04 octubre 2009

Resultados del Ironman Challenge de Calella

Lo primero, decir que tanto Óscar como Zori han acabado su primer Ironman. Son, pues, finishers. Mi enhorabuena y creo que la de mucha gente. Sus resultados han sido los siguientes:

Óscar López Arnal:

Tiempo final: 10:58:38 Posición General: 447 Posición Categoria: 88


Zohiartze Moral Atela:

Tiempo Final: 12:06:37 Posición General: 947 Posición Categoria: 63



Ha habido 1.110 participantes. Después de la carrera he hablado con ellos. Aquí van sus impresiones.

Óscar ha comentado que donde mejor se ha encontrado ha sido en la natación, y lo destaca para que la gente que le conoce sepa exactamente la dureza del día. La bici no ha sido como esperaba, y "el viento lateral" le ha obligado a ir forzado todo el rato: "El 95% de los 180 km no he metido el plato porque iba siempre con la duda de si ponerlo o no, y siempre pensando en no gastar demasiadas energías". Pese a todo, afirma que el ritmo no era malo: "Iba bien, momentos de 33 por hora pero también de 37 por hora y a gusto, pero el viento siempre ahí y ha sido duro". Sobre la maratón, en la cual por cierto se estrenaba, dice que "fatal": "Nunca voy tan lento, la verdad, ahora mismo tengo las piernas destrozadas, los últimos diez kilómetros la rodilla me dolía mucho". Sin embargo, era el estreno, y por eso Óscar asume que ha sido una muy buena experiencia, que intentarà mejorar en el futuro. "Hoy sólo quiero descansar, porque estoy muerto".

Zori, por su parte, no tenía muchas ganas de hablar "porque estoy destrozado, sólo quiero irme a dormir, hablo hasta mal". En el poco tiempo que me pudo atender, dijo que nadando había disfrutado, y que con la bici también, pero que en la carrera a pie lo pasó muy mal: "Me dieron algunas bajadas de tensión, incluso me paraba como para vomitar". Zori cree que la cantidad de geles, barritas y el fuerte calor de ayer provocaron su malestar. Sin embargo, estaba muy satisfecho por haber acabado, sobre todo por cómo había llegado a la cita con los problemas en el cuádriceps izquierdo.

03 octubre 2009

Óscar: "El circuito me gusta, pero hay muchos repechos"; Zori: "De momento estamos disfrutando del ambiente"

Óscar y Zori ya están en Calella. Mañana disputan el Ironman y, de momento, hoy han dado una vuelta por el circuito de bici. Los dos están ilusionados, pero aseguran que le tienen respeto.

Óscar comenta desde los stands montados en la localidad catalana que se encuentra bien, aunque hoy en la corta salida de reconocimiento se ha visto "sin ritmo, era como si no quisiera gastar nada de energía". "El circuito de ciclismo me ha gustado, son dos vueltas y media pero tiene muchos repechos, se puede ir a plato, pero si no tienes fuerza habrá que quitarlo", añade el de Mislata. Además, cree que ahora está pagando los nervios que no ha tenido durante meses: "Llevo dos semanas que soy un cero a la izquierda, sólo pienso en esto y estoy acojonado". De la misma manera, Óscar, que sí ha corrido medias maratones, cree que la clave de la carrera estará en la maratón, la cual es una prueba desconocida para él: "Nunca he hecho ninguna y no sé cómo voy a responder a partir del kilómetro 30". A pesar de las dudas, tiene claro que lo que quiere es disfrutar: "Desde hace dos semanas que sé que no hay marcha atrás".

Por su parte, Zori tiene claro que el Ironman hay que vivirlo en todos sus aspectos, antes, durante y después de la carrera. "Aquí hay unas burras con ruedas lenticulares y unos cascos de contrarreloj impresionantes", asegura el triatleta vasco. Zori tiene un pequeño problema, y es que ha estado lesionado con una contractura en el cuádriceps izquierdo: "No sé cómo responderá, he estado haciendo rehabilitación, pero ya veremos qué pasa". El de Getxo tiene claro que la primera media hora de la maratón será clave: "Si aguanto en el primer tramo, acabo seguro, aunque sea arrastrándome". Eso sí, tiene claro que el sector a nado y el de ciclismo no le preocupan en absoluto: "El circuito de bici es bonito, con repechos que se puede meter plato". Tanto Zori como Óscar destacan, además, la ventaja de que el circuito a pie tiene bastantes tramos del paseo de la playa, lo que no cargará tanto las piernas como el duro asfalto.

02 octubre 2009

Zori y Óscar buscan ser 'finishers'

Este fin de semana es importante. Hace unos meses, el Segoviano hizo su primer Ironman. Este domingo 4 de octubre es el turno para Óscar López Arnal y Zohiartze Moral Atela, dos amigos del club de triatlón de la Universitat de València, donde con ellos y muchos más empezamos esta aventura deportiva que para Óscar y Zori tiene uno de sus puntos álgidos en las aguas de Calella, en Barcelona.



Todos somos deportistas de medio pelo, pero deportistas al fin y al cabo. Mucha gente que lee este blog piensa que hacemos barbaridades, pero otra mucha también piensa que lo que hacemos es normal, y algunos incluso opinan que no es nada del otro mundo. Lógico. Cada uno tiene sus objetivos deportivos, o no los tiene, pero es todo respetable.



Yo creo que un Ironman es un objetivo en la vida. Tal cual. Que si escribir un libro, que si plantar un árbol, que si tener un hijo. Bueno, y acabar un Ironman. Somos así. El que finaliza un Ironman -recibe el título de 'finisher'- ha puesto su cuerpo y sobre todo su mente al límite, tan al límite que por eso es realmente maravilloso. ¿Dónde está el final? Pues el final está después de hacer 3.800 metros nadando, 180 kilómetros en bici y la maratón, es decir 42,192 kilómetros.



¿Una barbaridad? Puede. Pero tanto Óscar como Zori han entrenado duro, durísimo, para estar en condiciones, porque el cuerpo nos da la posibilidad de acostumbrarlo a sus límites, de forzarlo un poco aquí y otro allá para llegar más lejos y más rápido. Porque tenemos la suerte de poder hacer estas cosas, desde aquí animo a Óscar y Zori a disfrutar, a saber que están ante uno de los momentos más importantes de su vida deportiva, pero también a ser conscientes de que va a ser duro. Muy duro.



Salir del agua hinchado y con el cuerpo medio temblando para coger la bici y dosificar el cuerpo y la mente para muchas horas pedaleando, comiendo y bebiendo a dosis y bien pensado todo, con metódica eficacia para darle al cuerpo la gasolina necesaria para acabar ese sector y empezar el otro, el definitivo, el que más miedo da, la maratón. Dicen algunos que en este caso la maratón es menos dura que cuando se corre exclusivamente, porque el cuerpo llega caliente y casi anestesiado, y ponerse a correr significa un paso más, un esfuerzo inércico y agradable.




Veremos cómo acaban, suponemos que cansados y tocados, pero yo les deseo que crucen la línea de meta con lágrimas en los ojos por el esfuerzo, por el sacrificio y por el valor que tienen de enfrentarse a una prueba que es la carrera de las carreras. Aquí casi no importa el tiempo en hacerla, porque lo importante es ser 'finisher'. Zori y Óscar, sé que soy fuertes, sé que podeis. Yo lo sé y desde aquí pienso en vosotros.

Todo aquel que quiera animarlos, ellos agradecerán aquí un comentario.