30 noviembre 2009

Globerada de otoño


Volvamos a la realidad batallera, que pasa por malos momentos. Momentos, pues, de globeradas. El frío me afecta y abro el cajón de ropa deportiva y me da un no sé qué. Pero como no puedo estar parado, al menos intento hacer algo, por poco que sea.


En el último viaje a Valencia, hace dos semanas, Paquito y yo quedamos para ir a Cullera. Mi perrería era tanta y tan grande que el ritmo inicial no apuntaba a nada bueno y al final acabó todo en una salida breve y muy pausada por el carril bici de la playa que va a El Saler y luego a l'Albufera, donde estuvimos largo rato haciendo el tonto.


Vaguería o no, el caso es que salió un día gris de cielo y ánimo, y el resultado salta a la vista. Poco más podíamos hacer que aliarnos con el ambiente, hacer una salida de trámite y esperar a que vengan mejores sensaciones. "Menuda salida me has dado", me dijo Paquito. Pido perdón.


En realidad, esta globerada me recordó a una que hice con Luis hace tiempo, cuando a los cinco kilómetros de salir de Valencia por la Vía Augusta, en un día luminoso de invierno, decidimos pararnos, sentarnos al sol bajo el muro blanco de un caserón de huerta de la zona y comernos la comida que llevábamos, pasar allí la mañana o la tarde (no recuerdo) y luego continuar el camino... de vuelta a casa. ¿Veis? Ese día es de un magnífico recuerdo también.

24 noviembre 2009

¿A dónde va Superdeporte?

Superdeporte es el periódico deportivo de Valencia en el que trabajé desde diciembre de 1998 hasta noviembre del 2007, cuando decidí dar un giro a mi vida y, junto a Pepa, nos fuimos a Andorra a El Periòdic d'Andorra. Desde entonces han pasado ya dos años, y en ese tiempo la morriña y el cariño por lo que dejé allí (todo en uno es lo mismo) me han mantenido al día de lo que pasa con esa cabecera que durante casi una década fue mi casa en aquellas eternas noches y madrugadas de cierre, tan maravillosas y excitantes todas, algunas rutinarias, otras extremadamente intensas.

Hoy Superdeporte está en un camino estrecho, duro. Sus trabajadores, mis excompañeros pero siempre colegas y queridos, viven pendientes cada final de mes de una nueva baja en sus filas. Los unos se miran a los otros. ¿Seré yo? ¿Serás tú? ¿Será aquel? "Nadie es imprescindible", dijo hace poco el director nuevo (nuevo para mí, yo siempre fui de la mano de Vicente Bau, un clásico).

En estos dos años, muchos han sido los despidos, los cambios. Aquí va la lista de los caídos, para los que tengo siempre un recuerdo cada vez que pienso en ellos. Habrán buscado soluciones, de algunos las sé, de otros no, pero de todos confío que saldrán adelante.

Vicente Bau:

Si no recuerdo mal, fue el primero en caer. Fue el director del periódico desde mucho antes que yo entrara y hasta poco después de que me fuera, con lo cual, para mí, fue el director, el único e irrepetible. Un hombre especial, siempre con alguna broma y segundas, pero con absoluta seriedad cuando ésta era obligada. Fumador compulsivo, su despacho era el único de la redacción libre de aire puro. Recuerdo la noche del fichaje de Aimar por el Valencia, con dos portadas preparadas, una con el 'sí' de la operación y otra con el 'no', las rotativas paradas a las tres de la madrugada, y él dando vueltas nervioso por la redacción con un móvil por cada oreja y, de repente, ante la emoción y el estrés del momento, dijo "sí". Mítica también fue aquella extravagancia después de un Madrid-Valencia, el del Usiro Nage o como se diga aquella llave de arte marcial con el que desde los madriles hablaron del penalti que pitaron de Marchena a Raúl que sólo se vio en la capital del reino. Cuando acabó el partido, con derrota ché por aquella decisión arbitral, Bau salió de su despacho, pasó por detrás de mí, giró la curva de maquetación en silencio pero rápido, decidido, cerró a su espalda la puerta trasera del periódico y a los pocos minutos volvió con una bandeja de chorizos comprada en la gasolinera del otro lado del edificio, cogió cuatro folios, los extendió sobre la mesa y empezó a poner lonchas por encima. "Amparo", gritó, "haz una foto a esto". Y la portada del día siguiente no tuvo imagen del partido pese a tener a un fotógrafo desplazado al Bernabeu, sino de chorizos sobre fondo blanco. ¿El titular? "Chorizada". ¿Irrepetible o no?

Pep Portas: Redactor de la sección de Polideportivo, experto en vela, la America's Cup y todo su mundo, jefe de prensa del RCN de Valencia. Una persona especial, a veces desconcertante pero un buen tío. Tiene un blog, hoy un poco abandonado: http://pepportas.blogspot.com/

Pepe Aguilar: Redactor de Polideportivo, lo fue también de la sección del Valencia, también fue el cierre. Después de él en ese puesto llegó Toni Prósper, y luego yo. A cual de los tres más 'pallá'. Aguilar se especializó en motor, mundiales de motociclismo, Fórmula 1, todo. Tiene en su haber la magnífica anécdota de decir que perdió las llaves del coche, remover toda la redacción a la una de la madrugada y descubrirlas colgando en el contacto detrás del volante, después de estar todo el día trabajando él y sus llaves esperando entre gorrillas y manguis. Crack. Siempre me dijo que estaba loco, que aún no me había enterado de que existía el motor y que la bici no era buena.

Sergi Bens: El Cabanyal por bandera, el Levante UD en el corazón, el ímpetu de personalidad, el carácter. Sergi filmaba lo que yo le pasaba con un OK, él era el que enviaba cada página a la imprenta, esperando el visto bueno y, de paso, se marcaba gráficos de escándalo. Otro crack al que la suerte le llegó un día llovida del cielo navideño y otro le dio la espalda en el trabajo. Pienso mucho en él porque fueron muchos años contándonos barbaridades nocturnas esperando a que el redactor de turno cambiara una 'a' a última hora por celo periodístico. Recuerdo su vespino blanco y su Panda hecho polvo pero con cuentarevoluciones digital. Un genio pescador.

Pablo Momiejo: Poca o ninguna fue mi relación con este hombre. Era el director comercial, es decir, el jefe de los buitres leonados que daban el verdadero dinero al periódico. Pese a no tener relación con él por esos horarios cambiados que no nos permitían coincidir, me consta que era querido y respetado.

José Ángel Crespo Flor:

Mención especial a este hombre, también del Cabanyal y más granota que Sergi Bens. Él fue el que decidió entre un compañero y yo para seguir en Superdeporte, y me eligió a mí, supongo que porque yo era ciclista, me encantaba el ciclismo, y a él también. Aquella decisión me permitió seguir en el periódico y dejar de ser becario para ser redactor. Le tengo gran respeto y cariño, aunque no compartiera ni su manera de pensar ni la de escribir, y eso él lo sabe. Un día una página suya pasó por mis manos y acabó en la basura como todas las del día, pero podía haberse quedado en los anales de la historia como la página con más correcciones del mundo. Escribía con dos dedos, sin mirar, a toda leche y aporreando el teclado, y si en leche la hache se iba antes de la ce y la ce se iba al final, no le importaba. Los demás teníamos que interpretar. Con todo, un carisma especial y un hombre al que, además de respeto, le tengo el cariño que me merece quien me dio una oportunidad.




Juan Fraile:

Este hombre fue redactor de fútbol, jefe de sección si no recuerdo mal y al final redactor jefe, un entrañable redactor jefe que cada vez que habla conmigo -hace pocas semanas mantuvimos una conversación teléfonica- recuerda aquella fatídica tarde en la que sufrí un ataque de estrés y la sangre no me llegó a las piernas, ni a los brazos ni al cuello, y en mi bloqueo físico y mental me derrumbé y fui llevado en brazos por él y otros compañeros a su coche, me llevó de urgencias al Hospital Clínico y me dijo cuando todo pasó, días después: "Mamón, menudo susto me has dado". Aquella crisis me obligó a dejar mi pluriempleo con el periódico y la productora de televisión, que pasó de jornada completa a media por petición propia, y enviando a tomar el fresco unos cuantos y bienvenidos euros, que ya se veían como innecesarios prevaleciendo la salud. Juan tuvo aquel detalle y yo lo quiero porque sé que él me quiere. Cuando me despedí de él, se le saltaron las lágrimas, y eso fue para mí un gesto que me llenó de orgullo y del mayor respeto del mundo. Amante de Julián Gorospe, ciclista del Reynolds con Perico.

Amparo Simó:

Fotógrafa. Para mí, la mejor foto de fútbol que he visto publicada en Superdeporte es suya. Salva Ballesta, delantero del Valencia entonces, en plena chilena justo en el momento del impacto de su pie con el balón. Un fotón en toda regla que recuerdo muy bien. Cada vez que la veo -estuvo esquiando el año pasado conmigo en Andorra e incluso le hice un video que está en este blog- me gusta recordárselo. No sé de ella hoy en día, pero preguntaré porque es muy buena fotógrafa, y si yo pudiera hacer algo por ella, lo haría.


Mariano Chumillas:

Jefe de deportes de la sección de fútbol. Un entusiasta del deporte en general. Sabía de todo y podías hablar con él de cualquier cosa. Su único problema es que es del Madrid, pero no sé qué pasa en mi vida que mis grandes amigos y mucha de la gente a la que quiero es merengue. Un eterno discutidor deportivo con Fraile, hablando de las polémicas Valencia-Madrid y de la NBA. Esta semana, sin falta, le llamo. Mis batallas con él fueron siempre para evitar que me 'encalomara' los partidos de última hora, en lo que yo consideraba una lavada de manos y un exceso, y él mi obligación. Un tira y afloja sano. Del Barça en los últimos años sólo decía que le pitaban muchos penaltis a favor. Más blanco...

Juanmi: Para mí es Juanmi. No sé su apellido. La última víctima del proceso de limpieza del periódico. Este hombre de administración pero que, ahora que lo pienso, no sé exactamente lo que hacía aparte de coger el teléfono -cuando yo llegaba a la redacción él se iba- es un auténtico símbolo de Superdeporte, uno de los más veteranos, si no el que más. Todos hemos pasado por él, hemos hablado con él y su voz pausada, como silabada, marcando cada palabra con ahínco. Desde la lejanía puede que sea con el que más he hablado, porque cada vez que llamaba a la redacción por cuestiones laborales era él quien encontraba al otro lado de la línea, y siempre amable me preguntaba qué tal me iba. Hace poco me lo encontré por la calle y me contó el despido de Fraile, sorprendido como todo el mundo. Nada hacía pensar que él estaba también en la picota.

Desde aquí, para todos, para los que ya no están y para los que puede que ya no lo estén, y para los que continúan y espero continúen, un enorme abrazo.

¿A dónde va Superdeporte con todo esto?

17 noviembre 2009

Nadie es perfecto


Como a los valencianos nacidos o de adopción ya nos da igual hacer el ridículo dentro de las tres provincias, nos hemos pasado por alto el espectro estatal-nacional y, de un golpe, cual salto mortal con tres tirabuzones y un doble loop, lo hacemos a nivel internacional de sopetón. Alehop. Si es que ya se sabe, 'mosatros' més. Con un par. Menudo par. Rita y Camps se suben a un coche cualquiera en un lugar cualquiera y recogen a tres autoestopistas cualesquiera, y entonces empieza la guasa, que la hay para llenar libros y vasos de lagrimones. Como dice Paquito, ese amigo mío que tiene una frase para cada cosa: "Lo máximo".

El otro día se me ocurrió hacer un símil con algunas películas automóvil mediante, y pensé que esta escena tan tierna se podía parecer al clásico "Paseando a Miss Daisy". Quién es Miss Daisy y quién el chófer, lo dejo a elección.



También me vino a la mente otra pareja mítica como Richard Gere y Julia Roberts en "Pretty Woman", cuando él en la escena final aparece trajeado, guapo como un demonio, sonrisa de galán exageradamente mona, y abre los brazos subido a la limusina con el techo abierto y el ramo de flores y ella, desde la escalera de incendios, baja a él prendida y todos lloramos. Tachááááán. Tiernísimo.


Luego pensé en toda la basura que se quema por Valencia y que tanto huele en estos días de corruptelas y malos modos, y entonces se me empezó a ennegrecer la imaginación y el ánimo, y caí en la voz chirriante de Gracita Morales, las antípodas de nuestra Rita, y en aquella inolvidable "Sor Citroen". Espléndida representación en Cheste de buenos modos y altruismo popular.


Puestos a darle al tarro, surgió "El príncipe y la corista", donde en realidad se me confundían seriamente quién era el príncipe y quién la corista.


Y entonces, obnubilado por aquella estampa, de nuevo la realidad me trajo al mangoneo abstracto de hoy en día y pensé de nuevo en Gracita Morales moviendo el hombro sugerente mientras le preguntan de qué va vestida y contesta: "De atracadora", en la grande y libre, como nuestros dos personajes, "Atraco a las tres". Él, aunque sólo sea por el peinado, es José Luis López Vázquez, o Landa el pánfilo. A merced queda.



Sin venir a cuento en exceso, y metido como estaba en faena de españolada fácil, surgió otra pareja inigualable, aunque en este caso, sin coche por el medio aun llenos de dinero, o afán de él, que para el caso, es lo mismo. Cómo no, con ustedes: "Los bingueros".



Pero entonces pensé, ponte serio, y me fui de nuevo al cine de Hollywood, más acorde con las expectativas de nuestros dos personajes, y llegaron a mi lado "Thelma&Louise", sin saber quién es quién y dudando de si el final sería deseable, barranco y vuelo al vacío incluido, y adiós muy buenas.



Pero como tampoco le deseo a nadie algo tan grave, pues recobré el ánimo humorístico y me fui a Billy Wilder, el genio por antonomasia, y entonces lo vi claro. "Con faldas y a lo loco", última escena, en la lancha con volante incluido, Jack Lemmon vestido de mujer en su papel, harto, y aquel 'casanova' que insiste en su amor, y Lemmon se quita la peluca y grita aquello de "soy un hombre".

Y ya sé quién es quién.


Lo dicho: "Nadie es perfecto".


Propuesta: Seguro que se me escapan títulos de películas, alguno ha hecho sugerencias, como "El diablo sobre ruedas". Bueno es. ¿Más ideas?

16 noviembre 2009

Sus muertos, los otros muertos, todos muertos



La guerra mueve dinero, tanto en sus momentos previos, durante como después. Una de sus máquinas más feroces es el cine. Aquí viene el sinsentido de gente como yo que, no entendiendo y despreciando cualquier conflicto bélico, siente pasión por el cine del género. Son muchas las películas que he visto sobre las guerras. La mayoría, de origen americano. Aquí vamos.



La última que he visto, "Blackhawk derribado", un peliculón si no fuera por toda la mierda que sale allí. El valor, el amor por el compañero, el respeto por tu ejército, por tus superiores, tu honor... todo la vomitera habitual, con banderita de barras y estrellas cada cinco planos. Muy "Salvar al soldado Ryan", con todo mi respeto a esa pedazo de cinta que nos regaló Spielberg hace ya una década.



















"La gran evasión" es, en mi opinión, la mejor película de guerra de la historia, donde no se dispara más que lo justo, donde la guerra, con su dureza, se traslada a un campo de prisioneros, militares todos, con los valores de siempre, eso sí, pero con una narración limpia y me atreveré a decir que incluso divertida, alegre, con todas las dosis de suspense, y todo con muy buena educación entre nazis y salvadores.







Pero el debate interno que se me plantea no va en la visión americana, la que va de buena, la que va de justa y en pro de la paz mundial, la del salvador yanki que nos trae la buena vida occidental. Hoy pienso en esos pollos de diecipoco años que con veintipocos son veteranos de guerra, retirados por años de servicio y heridas marcadas a fuego, y que son el orgullo de sus padres, también americanitos de a pie, que a su vez son el orgullo de los dirigentes yankis, también americanitos de a pie, que a su vez son el orgullo de un Estado yanki, el gran hermano americanito que tiene adiestradas a millones de familias que viven su patriotismo vaquero al extremo, con el sentimiento feroz de que luchan por salvar al mundo y a su país nadie sabe de quién, porque, que se sepa, hasta el 11-S los Estados Unidos nunca antes habían recibido un ataque en su territorio.



Esta gente crea peligrosos especímenes que vienen a pensar que el bien son ellos, que matan por su bandera y los suyos, y nos pretenden tomar el pelo a todo el resto del mundo occidental (en el oriental no tienen cabida, faltaría más) con sus lloriqueos en plano corto al ver sufrir y morir a un compañero de pelotón, para que nos enternezcamos. ¿Acaso tenemos un hueco en nuestro corazón para ellos, que van allá donde tienen el dinero invertido para seguir siendo los mandamases, y no lo tenemos para los invadidos, que viven con la doble desgracia de aguantar lo suyo y lo de los amos del mundo?

En una película de la Segunda Guerra Mundial, el enemigo mundial y casi sin dudarlo era el fascismo. En las guerras actuales, ¿quién es el enemigo? ¿Los somalíes? ¿Los iraquíes? ¿Los afganos? ¿Los congoleños? ¿Quién? Los yankis aparecen con sus bandas sonoras y sus planazos que quitan el hipo con la intención de enseñarnos al resto de 'su' mundo lo valentones que son, lo que arriesgan sus vidas por nosotros, nosotros los occidentales capitalistas de las sociedades del bienestar.



A mí me gusta el cine bélico, y seguiré viéndolo, pero espero no ponerme nunca su careta, la que me dice que, en los créditos del final, los únicos que lloran a sus muertos son ellos. Más allá del país de la Coca-cola, ¿cada muerto vale menos?

13 noviembre 2009

Un paso adelante

Voy a dar un paso adelante. Voy a dejar de eludir el problema y voy a ver si cojo el toro por los cuernos. Llevo muchos años haciendo deporte, desde 1990 que empecé a ir en bici y a hacer carreras que no he parado. Con los años he hecho baloncesto, fútbol, ciclismo, triatlón... Siempre llegados los meses de noviembre y diciembre la actividad ha sido muy inferior, y entonces he cogido de nuevo fuerzas para la primavera y el verano.

Este año, por fin, me decido a dar un giro. He ido al médico. He acudido a una clínica deportiva con la firme intención de recuperar mi cuerpo y sentar las bases. Voy a poder seguir haciendo deporte, porque es importante y hasta la doctora me ha dicho que no pare, pero hay que tomar medidas.

Desde hace años, muchos años, cada vez que me calzo las zapatillas de correr es la misma historia. Al final de la sesión, y muchas veces durante, vienen las molestias. Todo viene de cuando me pasé tres meses con la pierna derecha escayolada casi en su totalidad, hará más de diez años. Desde entonces que no puedo correr sin tener dolores, no puedo hacer series, no me puedo exigir y por ende no me puedo plantear hacer una maratón, y ni mucho menos un Ironman. Sólo entrenándolos seriamente me lesionaría. Puedo correr a cinco el km, y hasta a cuatro, pero eso no me vale porque lo puedo hacer con molestias, y eso no es disfrutar, que es al fin y al cabo de lo que se trata.

Antes de verme obligado a parar en seco, voy a empezar a recuperar estructuralmente mi cuerpo. En definitiva, el parte médico es amplio, pero no grave. Amplio porque incluye problemas en:

Tronco superior:
-Dorsales
-Cervicales

Tronco inferior:
-Psoas ilíaco
-Pectilíneo
-Isquiotibiales
-Glúteos
-Tendinitis en la rodilla
-Vasto lateral
-Tibial anterior

No es para asustarse, porque cualquiera que lea esto tiene también problemas en esos sitios. Es habitual y normal, cada uno con mayor o menor intensidad, pero los tiene, porque no tenerlos significa haber hecho sesiones de fisio y estiramientos desde bien pequeños, y eso no lo hace nadie. Es decir, es achacable a la actividad física, en gran parte, pero no en el todo.

Así es que lo dicho, seguirán las batallitas, pero sin intensidades. Disfrute y placer, salud y kilómetros para todos.

10 noviembre 2009

Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo

Me gusta mucho el cine de antes. El de antes es el de estos personajes tan extravagantes. Extravagancias de antes también. Yo me compré "Atraco a las tres" por culpa de esta escena. Es que me parto. Mirarle a él, sólo a él, y es tan bueno. Tan gracioso. Ni Travolta en Grease se peina con más salero. Tremendo José Luis López Vázquez.

09 noviembre 2009

Primera nevada



¿Que hace frío? ¿Que nieva? Que os voy a contar...

07 noviembre 2009

La ilusión del violín



Es un joven de 60 años y medio con unas ganas locas de seguir disfrutando. No tiene vergüenza ni la conoce. Tanto se divierte contando anécdotas de cuando éramos pequeños como se viste de Clint Eastwood en "El bueno, el feo y el malo", se desnuda para un calendario erótico, corta el césped, el seto, recoge las olivas, las almendras, las hace al horno, cocina una paella de escándalo mayúsculo, lee, estudia, trabaja, adora a su Petri (maaaaaaama) y a Buster, viaja, va en bici, se va a la montaña, echa la cabezadita de después del café y... toca el violín.

De momento, no lo hace bien, y eso lo sabe tanto como sabe que no ha de importarle, porque en los inicios nadie habla a la perfección sino balbucea, y nadie pinta sino colorea. Está en esos momentos en los que se adapta a un instrumento con el que ha soñado mucho pero no ha tenido nunca contacto. Hasta hace un par de años. No perdona su horita de violín vespertina, y todo lo hace por ilusión. Cuando voy a Valencia, me encanta dedicar unos minutos a escuchar cómo toca, sentado a su lado viéndole sonreír y diciéndome, "escucha, escucha". Y sé que él se siente feliz así.

Para mí es un ejemplo a seguir. No en vano, es mi padre. Eso sí, en casa de herrero, cuchillo de palo. Esto siempre ha sido así.

06 noviembre 2009

Marruecos: Marrakech (2)

En Marrakech es la hora de la oración. Estamos en la azotea del hotel en el que nos alojamos el pasado mes de junio, viendo las vistas de la ciudad al atardecer, justo al lado de la peculiar plaza Djema-el-Fna donde mercaderes, actores, encantadores de serpientes, vendedores de 'hasch' y demás conviven con su día a día y el turismo. Desde el minarete de la mezquita Kutubia se llama a los fieles. Un altavoz lleva el sonido a toda la ciudad, y el orador se esfuerza. De repente, la prueba de que no está grabado.

02 noviembre 2009

Vía Verde de Ojos Negros



Voy a dar aquí algunas referencias para los que, como Paquito y yo los días antes, no teníamos ni la menor idea de cómo hacer la ruta de la Vía Verde de Ojos Negros.

La salida oficial de la Vía Verde está a unos 60 km al noroeste de Teruel, en Santa Eulalia. Nosotros fuimos a Teruel para salir desde allí por la comodidad del tren, que llega a la ciudad.

Tema tren: Desde Valencia sólo se puede coger el que sale a las 18:47, que llega sobre las 22:00 a Teruel. Y digo sólo porque es el único tren en el que se pueden llevar bicis.

Si se siguen estas indicaciones, es muy fácil. No gano nada haciendo publicidad de ningún hotel, pero como nos atendieron tan bien y las condiciones fueron tan buenas, pues contaré lo que hicimos: Reservamos por teléfono en el Hostal Serruchi (C/Ollerías del Calvario, 4; teléfono 978 610 681, o hostalserruchi.com), que no tenía mala pinta. Llegamos al hotel sobre las 22.30 y todo fueron facilidades. ¿Las bicis? Fuimos al Bar Serruchi, calle arriba, según nos indicó la chica de recepción del Hostal, y las dejamos en un garaje privado de los dueños del bar, y del hostal. Todo muy de andar por casa, cosa que se agradece.

Dormimos los dos por 45 euros. Por la mañana nos vestimos, fuimos al bar, nos tomamos un café y el camarero, un familiar del de la noche anterior, nos abrió el garaje, sacamos las bicis y nos indicó cómo coger la ruta. Con gente tan llana da gusto.

La ruta, por orden y si no me equivoco, pasa, desde Teruel, por Valdecebro, Puerto Escandón, Puebla de Valverde, Sarrión –aquí comimos, en una callejuela a la izquierda de la plaza de la iglesia, muy bien por cierto-, Albentosa, Barracas, Caudiel, Jérica –aquí llevábamos desde Teruel 105 km, y dormimos en un hostal muy ‘señor’ pero también por unos 40 euros los dos juntos, con desayuno serio por la mañana. No recuerdo el nombre, ¡mecachis!-, Navajas, Altura, Segorbe –nos acercamos a la Cartuja de Vall de Crist-, y cerca de Soneja y Sot de Ferrer, a Algímia de Alfara y Torres-Torres, final del trayecto de la Vïa Verde, y desde donde fuimos por carretera por Gilet, Estivella, y camino de Llíria hasta Puçol, donde cogimos el carril rojo de la Vía Augusta hasta Valencia, pasando al lado de El Puig, y por la Pobla de Farnals, Rafelbunyol, Massalfassar, Albuixec, Meliana, Alboraia y entrada por el mismo carril al Mestalleta, donde nos despedimos después de tres días, dos de ellos de bici y todos de disfrute. Espero haber servido de ayuda.

Para ver los videos hay que dejar que se carguen un poco, sobre todo el de arriba. El de abajo es muy chungo, ya que lo he locutado y ha quedado fatal, pero bueno, como me ha costado lo mío, lo dejo porque aporta algo de información sobre la Vía Verde de Ojos Negros.